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Mi primer día de escuela fue cuando tenía apenas 4 años, no sabía ni siquiera a dónde iría a mi corta edad. Mi mamá me quería meter a la escuela oficial de mi municipio para que me adaptara para poder entrar al Colegio de mi hermano. Yo siempre fui una niña divertida, le gustaba bailar, cantar y por supuesto siempre platicadora. De lo poco que recuerdo es que en la escuela nos daban desayuno por parte de grupos de papás lo cual no me gustaba y siempre me daba náusea.
Según mi maestra le contaba a mi mamá que siempre fui super pilas, pero sobre todo me encantaba hablar como lorita y bailar, ponía a mis amigas a subirnos a las mesas y a bailar “mesa que mas aplaude” y que yo ponía despierta hasta la niña más callada.
Me gradué de la escuelita y pasé los exámenes en el Colegio de mi hermano que era un Colegio más grande y lejos de la casa.
Entre teniendo 6 años a prepa y siempre fui una niña más pilas, era la abanderada, aprendí a leer bastante rápido y siempre me caracterice por hacer desfiles de modas con las niñas en las mesas, era un caos.
En ese Colegio estuve por 10 años siempre estuve con los mismos compañeros, ya eran una familia para mi, ahí viví muchas aventuras, y siempre mi grupo fue el más molesto del Colegio, ese grupo al que nos decían ustedes son el peor grado de la primaria, luego de básicos, una locura, molestamos pero siempre éramos unidos y si era de apoyarnos lo hacíamos.
Clarissa Ramírez
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